Decepciones al por mayor, por favor.


No puedo salvarme de una escritura indulgente, autorreferente y melodramática. No puedo partir diciendo que soy un ser anónimo, porque lo peor de todo es que soy una persona que anhela -culposamente- reconocimiento, de alguna u otra forma. Soy una persona con muchos nombres (dícese, Leonardo García Bello, Sebastián Roderick, y los otros...) que no puede sino ahogarse en su propio ego. Pero al fin... ¿no lo hacemos todos en algún momento?

El primer punto que curiosamente decidí manifestar hoy en forma de texto cybernético es aquella decepción reiterada que tengo para con la desagradable manía del destino de joderme una y otra vez. Hasta con alevosía, diría yo. Lo que pudo haber sido una simple reunión de amigos para recordar viejos tiempos se transformó hoy en el pináculo de mis decepciones. No hubo tal reunión. Y por causas tan nimias, tan patéticas, que en el momento de darme cuenta que aquella reunión encontraba su camino directo a la mierda, llegué a pensar que realmente nadie estima que yo sea una persona que se deba tomar en cuenta. No confundir esto con los atisbos de una autoestima baja (que de por sí adelanto, de hecho sí existe, pero éste no es el caso), es sólo que es imposible no llegar a pensar que el destino gusta de cagarse encima de uno, esas cagadas putrefactas que satisfacen al colon, con sucesivos fracasos de situaciones que pudieron perfectamente haber hallado lugar.

Es casi una privación de pequeñas felicidades. Desde que tengo memoria han ocurrido estas situaciones donde gente deja plantado, gente no llama, gente se queda dormida, gente no puede viajar conmigo porque en ese día y hora justo ocurre un evento de proporciones estratosféricas, gente olvida cosas, a la gente no le importa un carajo nada. Me enerva, porque uno ve que para todos los demás las situaciones funcionan, mágicamente esas personas que lo decepcionan a uno hallan el tiempo para estar con otras personas y dar lugar a las situaciones que yo demandaba de ellas. No sé, ¿alguien puede explicármelo? ¿Alguién puede obviar el melodrama de este texto quejumbroso y autorreferente y analizar meticulosamente el hecho hasta darme crédito por esta incipiente decepción para con la vida que tengo? Y una vida de apenas 19 años. Me pregunto cómo será el resto.

2 personas cumplieron su misión:

doña Vargas-Moreira dijo...

"Y aparecen nuevas desilusiones en mí..."

eso canta Gepe en Sol de Invierno, dueto que hace con Javiera Mena. Es una de mis partes favoritas de la canción, y una de la que más afecta... porque toca la fibra de los cuestionamientos que suelo hacerme, muy pero muy similares a los que te haces tú. Por qué algunas cosas que son tan simples se ven complicadas por la otra parte, o a veces por nosotros mismos? por qué estando en el 99% el sistema (la relación, el proyecto) falla y quedamos solos y desvalidos? sin mencionar llorosos y heridos. lastimados, más decepcionados que nunca...

ahí pensamos que "creer siempre está de más/ ya no hay ni un lugar para acabar y disolverme", como diría golem. Para qué confiar, si sabemos que saldrá mal. Y bienvenida la existencia gris.

Ayer me dijeron que tengo atrofiado el organo de la fe. sabes cómo me sentí? me sentí entendida. al fin alguien podía darme un diagnóstico certero. Pero, a la vez, me sentí desvalida, súper vacía... porque sí, me falla la fe, pero es porque nunca me ha resultado, porque cada vez que me arriesgo a creer, fallo. Y llega un momento en que no quieres más.

uff, parece que me extendí mucho...
espero no aburrir!

sabes quien soy, flamenquín precioso? entre a mi blog 1313

te quieroooo

besos! =)

Rocío Sandoval-Vines dijo...

yo primero pense en el dsindrome 12 de diciembre..luego pense en las cosas pasadas
y despues en peliculas
termine x quedarme dormida xD
pero no con lo q escribiste,,si no con lo q estaba pensando

 
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