Preludio en Si Mayor, Johann Sebastian Bach.


Éste es el contraste, lo sé. El contrapeso para la otra escritura feliz y esperanzada, el yang del ying.

"La cosa es que... la mitad del tiempo vago buscando algo muy pertinente... pero no puedo recordar lo que es, si era tan importante antes. Creo que quizás estoy empezando a desaparecer."

Quisiera tener la bicicleta para vagar por la ciudad enorme y buscar respuestas, para perderme en otras caras desconocidas y sacarme sus rostros de la cabeza que me penan arduamente; quisiera el golpe de suerte, de conmiseración divina, de je-ne-se-qoui que les permite a ustedes ser felices sólo siendo, sólo encontrando cosas buenas y mejores, pero no sé.

Quisiera no ser yo, porque el yo no está funcionando, el yo comete errores, el yo sufre, al yo lo hacen sufrir, el yo busca y no encuentra, el yo busca y encuentra lo equivocado. Pero esa no es la respuesta, son pendejadas, la respuesta es aprender que la vida es así, que la vida te hace sufrir para que aprendas, que la vida es la mejor universidad que puedes tener.

Pero yo a veces me aburro de la vida con la poca paciencia que tengo, con lo poco bueno que he vivido, siento que las notas de mi composición musical van en picada, igual que el Preludio de Bach. Sin embargo no puedo, por más que mi lado pendejo y suicida quiera despedirse de la vida, estar triste por demasiado tiempo. Soy tan estúpidamente optimista a veces; tanto que suelo olvidar las lecciones que se me han dado y recaigo en los mismo estúpidos errores de siempre y tengo que contar la misma repetida historia, "no funcionó, nada funcionó, no me quiere, encontró a otro, peleé con el, peleé con ellos porque hice una estupidez", porque simplemente a veces no pienso y me cuesta pensar como si hubiera que pagar dinero para el proceso de usar la cabeza.

Es este optimismo estúpido el que odio, porque por más triste que esté, por mucho desamor y decepción que haya, siempre quiero seguir viviendo, quiero seguir sufriendo, viendo cómo los que he dejado atrás son felices y sufrir aún más por eso y queriendo vivir más para llorar más y un círculo vicioso de masoquismo y optimismo ingenuo.

No sé lo que la vida quiere de mí, no sé lo que quiero yo de la vida.

Ahora estoy triste, pero estoy feliz.

Te adoro, vida maricona, y sin quererlo terminé este texto con un final pseudo-feliz.

Gracias (Y).

3 personas cumplieron su misión:

Hernán Rodríguez D. dijo...

(h5) para tí

Simón González Daza dijo...

que amargo el sabor, deshace los dulces pero mira - grita -akhfAJ8x se sufre y se rie, seama y se odia. nunca una vida es totalmente amarga.

Enfant Terrible dijo...

Muacks! :)

 
Copyright 2009 The Minutes, The Hours, The Years, The Eras.. All rights reserved.
Free WordPress Themes Presented by EZwpthemes.
Bloggerized by Miss Dothy