The Day The Earth Fucked Up.


Escápate Leonardo de una escritura lastimera.

Fui al cine solo por primera vez. Fue una forma rara de terminar el año; en Santiago, simulando trabajar cuando en verdad vine a sentirme más solo que nunca, con sus lloriqueos correspondientes y todo, pero con una noción algo surreal al final, una fusión bastarda entre un optimismo imbécil y un fatalismo suicida. Esperé en el metro solo media hora por si llegaba alguien, quien fuera, que me acompañara. Me aburrí, pagué tres mil pesos en taxi y llegué al Alto. Compré mi entrada, vagué por cuarenta minutos. Entré al cine y estaba vacío, sintiéndome libre de hacer todo el ruido que quisiera con mi masticada de palomitas, el sorbeteo de la bebida y el celular a todo guataje. Vi The Day The Earth Stood Still, y por mediocre que fuera, mi longeva depresión de Año Nuevo me jugó su pasada y me hizo llorar con un discurso tremendamente pobre, bienintencionado pero cojo. Salí satisfecho, había hecho una estupidez que todo el mundo hace pero yo nunca había podido. Me sentí común, no en el mal sentido de la palabra. En la micro de vuelta hice ese sumario sin sentido que todo el mundo hace a fin de año, y esta coronación solitaria distingue un año tremendamente austero: hice lo que quise, conmigo y con la gente que me rodeaba, arrendé muchas películas los martes en Blockbuster, me aburrí del sexo, experimenté con una mujer, la hice sufrir como nunca a nadie había hecho, aprendí que sí puedo ser amado, pero que yo no puedo amar de vuelta, amé cada día más mi carrera a pesar de la joda del documental, sigo viviendo en esta casa por gracia divina, me obsesioné terriblemente con alguien, y sigo con el tumor del pesimismo justo arriba del apéndice, esperando su turno de hacerme estallar. Pero esta noche, cuando todo el mundo abra sus botellas y se deleiten ante la idea de empezar un nuevo año besando a sus novios/as, abrazando a sus amigos y familia, y se vayan a dormir ebrios, es cuando intento de nuevo mirar hacia arriba, por primera vez en mi vida absolutamente solo, buscando pero no buscando a alguien en el cielo que me diga hasta cuándo, cómo puedo, qué debo, cuándo y por qué, si el Año Nuevo tiene algún sentido de ser y no es sólo una separación innecesaria de un largo hilo de decepciones y aprendizajes dolorosos, como el casi año pasado cuando mi perra orinó en el jardín en forma de corazón y yo hablaba con un recién conocido nuevo amigo sobre la nada misma de la vida. Quién sabe, quizás se me salga el optimista o me duerma con la almohada quitándome el oxígeno.

P.D: No debería mencionar nombres, pero hay que dar créditos, no fui infeliz todo el año xD. También por primera vez pude ser feliz con alguien que era feliz conmigo, que me quiso y que yo quise as well. Brindis for you, Pancho, those were the best days of my year. Esa es la felicidad, y punto.

P.D. 2 : Ah sí, feliz año nuevo para ustedes igual.
 
Copyright 2009 The Minutes, The Hours, The Years, The Eras.. All rights reserved.
Free WordPress Themes Presented by EZwpthemes.
Bloggerized by Miss Dothy